jueves, 16 de febrero de 2017

28.

Pues hoy cumplo nada más y nada menos que 28 inviernos, veranos, equinoccios, etc...

10 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Ya lo has hecho.

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    2. Ya, eso pensé después de decirte eso. Que en verdad en sí, te dí la respuesta. Pero bueno, la felicidad constante no existe y los días señalados tipo Navidad o Cumpleaños etecé en verdad son solo días como los demás.

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    3. Si te soy sincero, me sentí estúpido al hacerte la pregunta. Ni siquiera sé si se podría contestar algo, o si realmente yo entendería la respuesta. Solo quería saber qué decías.

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  2. Lo he pensado mejor, y lo que me gustaría conocer es el escenario en que tú crees que serías feliz. Pon y quita cuanto quieras. ¿Puedes describirme cómo sería?, ¿puedes pintármelo con palabras?

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    1. No planteas preguntas difíciles no...um...

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    2. Lo tengo. Hacer lo que quiera, cuando quiera y con quién quiera. De momento puedo decir eso.

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    3. Ana, gracias por pensarlo y contestarme. Aunque no soy quién para poner una coma a tu paisaje, con tu confianza, sí querría decirte algo:
      Creo que tu respuesta es demasiado dura, rígida más bien, porque no depende de ti que se dé ese escenario que deseas. Date cuenta que, en tan solo diez palabras, ocupas tres con el verbo "querer", y puede ser un verbo terrible. Sucede que al hacer girar todo en torno a tu deseo, a la construcción de tu voluntad, te vuelves vulnerable a la frustración de no conseguirlo, de que no todo esté perfecto y a tu gusto. Dices, por ejemplo, "con quién quiera", pero ¿qué pasa con lo que quiera esa otra persona? Dices "cuando quiera", pero también todos estamos sometidos a los tiempos de la vida, de la oportunidad y el momento efímero. No sé si compartirás la misma sensación, pero cuando repaso los momentos felices de mi vida descubro que todos han escapado a mi control (porque nada lo ha estado nunca), no estaban planificados o deseados de forma alguna, podían estar imaginados, pero no por ello dejaban de sorprenderme en un momento cotidiano y de una forma cotidiana, y rara vez he podido elegir a quién tenía conmigo. Ahora me sorprendo en comprobar que la felicidad de esos momentos acabó residiendo en mi capacidad para percibirlos con la mayor intensidad que me era dable, con todos sus matices y sus claroscuros. La felicidad acaba siendo la sorpresa, y la sorpresa acaba estando en todo.
      No sé si he sido capaz de explicarme con mediana claridad, espero que entiendas el sentido.

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    4. Lo sé, sé que nada depende de mí, bueno o la mayoría de cosas y que no puedo controlar muchas y que tampoco puedo hacer que alguien quiera estar o irse conmigo aquí o allá o hacer un plan en mi mente y que salga tal y como quiera.

      Pero tú me has preguntado qué es lo que me haría feliz, que pusiera y quitara lo que quiera y esa ha sido mi respuesta.

      Sé que no es real, que la vida marcha por un camino y los deseos por otro, y que en momentos puede darse que los dos se pongan de acuerdo,pero bueno. Lo dicho...

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